Capítulo 095




Desde un punto de vista puramente experiencial, este fue el peor beso que Ren Yi había experimentado jamás.

Gong Yingxian, inexperto y enfurecido, perdió el control de su fuerza y prácticamente se abalanzó sobre Ren Yi, provocándole dolor en los dientes y visión borrosa.

Pero, en un sentido profundo, este fue el beso más importante que Ren Yi había dado jamás; un beso que nunca olvidaría.

Sintió que su corazón casi se detenía; Una semilla luminosa germinó y creció rápidamente en lo profundo de su alma, llenando su conciencia, haciéndole no percibir nada ni preocuparse por nada más que ese beso.

El impulso inicial de Gong Yingxian se transformó en sorpresa, y luego, gracias a la iniciativa de Ren Yi, quedó completamente cautivado.

Solía creer que los actos íntimos entre humanos, a excepción de la procreación, eran superfluos y no tenían otra importancia práctica que la propagación de enfermedades. Ren Yi le hizo darse cuenta de que la existencia misma es hermosa, sin necesidad de significado, como este beso.

Gong Yingxian, instintivamente, sujetó la nuca de Ren Yi con su gran mano, como si intentara atraparlo en ese momento para siempre, persiguiéndolo sin descanso.

De repente, llamaron a la puerta.

Los dos estaban tan absortos en lo que hacían que los golpes, como el redoble de un tambor, les ponía los nervios de punta con cada golpe, despertándolos al instante.

A través de la puerta, el tío Sheng dijo en voz baja:
—Joven maestro, capitán Ren, es tarde. He preparado un refrigerio nocturno. ¿Les gustaría un poco?

Los dos hombres, como niños pillados haciendo algo malo, mirando para todos lados, temerosos de moverse o hacer ruido.

—¿Joven maestro?

—N-no, no hace falta. Hablemos de ello más tarde —dijo Gong Yingxian con nerviosismo.

—De acuerdo, no se esfuercen demasiado.

Después de que el tío Sheng se marchó, Gong Yingxian miró a Ren Yi, su respiración estaba acelerada por la tensión, pero no lo soltó.

Ren Yi le susurró al oído a Gong Yingxian:
—Ahora te creo. De verdad tienes curiosidad.

—¿No me preguntaste si me atrevía? —preguntó Gong Yingxian con la voz temblorosa, pero sin ceder—. No hay nada que no me atreva a hacer.

Ren Yi apartó lentamente a Gong Yingxian, mirando fijamente sus ojos profundos:
—La próxima vez... ven a mi casa. No hay nadie.

Gong Yingxian no respondió, solo miró fijamente a Ren Yi, como si no quisiera perderse ni un solo detalle de su rostro.

Ren Yi retrocedió unos pasos:
—Iré a descansar.

Esta vez, Gong Yingxian no lo detuvo, y Ren Yi salió de la habitación con fingida tranquilidad.

Separados por la puerta, la compostura que habían mantenido se desmoronó al instante. Las mejillas de Gong Yingxian se enrojecieron intensamente y se agarró el pecho para calmar los violentos latidos. Ren Yi, por otro lado, se sentía completamente exhausto, apoyado contra la pared, tardando mucho en recuperarse.

Aquel beso fue como una bomba de profundidad lanzada directamente a sus corazones, desatando un torrente furioso que perduró durante mucho tiempo.

•••••••••

Tras regresar a su habitación, Ren Yi se dió una ducha fría de veinte minutos para calmar su cuerpo febril. Se desplomó sobre la cama, mientras su mente repasaba los detalles del beso. Las vívidas sensaciones que había experimentado aún estaban grabadas en sus labios, dejando a su corazón incapaz de encontrar la paz.

¿De verdad fue... real? Todo lo que había sucedido en los últimos días parecía un sueño, y ahora mismo, parecía completamente irreal.

Pero todo era real. No estaba soñando; Los sueños no tendrían una sensación tan clara.

¿Qué estaría pensando Gong Yingxian en ese momento? ¿Estaría pensando lo mismo que él, experimentando la misma emoción y alegría, o simplemente se estaba dejando llevar por la estimulación sensorial?

No, ¿cómo podría Gong Yingxian comprender sus pensamientos, o cómo podría entender su amor y su miedo?

Ren Yi se dió la vuelta, calmándose gradualmente, con la mirada apagada.

Gong Yingxian había sido claro: quería una experiencia que nadie le había brindado antes; no de amor, sino simplemente porque Ren Yi era el único al que Gong Yingxian no había rechazado, y se había aprovechado de ello.

¿Debería sentirme feliz o triste?

Siempre había deseado ser el único con quien Gong Yingxian compartiera una conexión profunda, tanto física como emocional. Ahora, la mitad de esa esperanza se había cumplido, pero la otra mitad, la más importante, seguía siendo inalcanzable.

Ren Yi esbozó una sonrisa amarga; Esa noche estaba destinada a ser otra noche de insomnio.

••••••••••

A la mañana siguiente, los tres partieron juntos. Gong Yingxian llevó primero a Ren Yi de vuelta a su escuadrón, y luego regresó a la sucursal con Qiu Yan.

Como Qiu Yan estaba en el coche, el ambiente entre los dos no fue demasiado incómodo. Discutieron sobre el caso durante todo el viaje. En apariencia, nada parecía estar mal, pero en el fondo ambos sabían que su relación nunca volvería a ser la misma.

De vuelta en el escuadrón, Ren Yi le dijo a Gao Ge que hiciera los ejercicios matutinos mientras él se encerraba en su dormitorio. Sacó una gran pila de documentos sin revisar y comenzó a escribir diligentemente.

Durante ese período, estuvo hospitalizado, respondiendo a llamadas o cooperando con investigaciones policiales. Ni siquiera había tenido tiempo de revisar los informes de llamados de emergencia anteriores. En ese momento, no quería ver a nadie, ni tampoco quería permitirse el lujo de estar ocioso dándole vueltas a las cosas. El papeleo que antes tanto odiaba se había convertido ahora en su refugio mental.

Estuvo escribiendo durante varias horas seguidas, y no fue hasta que Ding Qing fue a buscarlo que se dió cuenta de que ya era la hora del almuerzo.

Mientras almorzaba en el comedor, el bombero de guardia le trajo un paquete:
—Capitán Ren, esto es para usted.

Ren Yi no había comprado nada en linea últimamente y desconocía quién se lo había enviado, pero no le dió mucha importancia. Tomó el paquete, usó su llave para cortar la cinta adhesiva y abrió la caja de cartón.

¡Dentro de la caja había un pájaro carbonizado!

Ren Yi se puso de pie de un salto, pálido como la muerte y con el corazón latiéndole a mil por hora.

Qu Yangbo, que estaba sentado a un lado, preguntó:
—¿Qué es eso? —le echó un vistazo, y su rostro cambió—. ¡Mierda!

—¿Qué ocurre?

—¿Qué sucede, instructor?

Todos los bomberos se acercaron para mirar.

Qu Yangbo cerró la caja con indiferencia.

—No pasa nada, sigan comiendo.

Ren Yi recogió la caja y salió a grandes zancadas del comedor, seguido por Qu Yangbo.

Los dos entraron en la sala de reuniones. Ren Yi respiró hondo, sacó su teléfono, tomó una foto y se la envió a Gong Yingxian.

Qu Yangbo examinó cuidadosamente la caja:
—No hay nada más dentro.

—Seguro que fue cosa de Zi Yan —dijo Ren Yi, apretando los dientes—. ¿Qué es esto? ¿Me está desafiando? ¡Maldito hijo de puta!

—Probablemente sea solo para crearte miedo psicológico, como en el concierto —dijo Qu Yangbo—. Ren Yi, te sugiero que no recibas ningún llamado por un tiempo, y lo mejor será que no salgas en absoluto. Probablemente ya te convertiste en su objetivo.

—Soy el capitán del Escuadrón Fénix. ¿Cómo podría ignorar los llamados de emergencia? No me dejaré intimidar por estas bestias —dijo Ren Yi apretando los puños—. Tal vez solo quiere vernos asustados y acobardados. No podemos dejar que se salga con la suya.

Qu Yangbo frunció el ceño:
—Me preocupa mucho tu seguridad.

—Seré más cuidadoso que antes.

Justo en ese momento, sonó su teléfono. Era Gong Yingxian.

—Hola, ¿viste...?

—Yo también lo recibí —dijo Gong Yingxian con frialdad—. Lo entregaron directamente en la sucursal; no fue un paquete enviado por correos. El número de seguimiento es falso. Lo entregó directamente alguien de la organización.

—¡¿Qué?! —exclamó Ren Yi y miró rápidamente a Qu Yangbo—. ¡Revisa rápido las grabaciones de las cámaras de seguridad!

—Es inútil. El hecho de que se hayan atrevido a enviar a alguien a entregar un paquete significa que pueden garantizar que no los atraparemos —dijo Gong Yingxian con un tono cargado de ira—. Si lo que hubieran entregado hoy no fuera esto, sino una bomba, alguien habría resultado herido. Nos está diciendo que puede hacernos daño en cualquier momento. Es una trampa psicológica; cuando tenemos miedo, podemos cometer errores.

—¿Entonces qué hacemos ahora?

—Enviaré a un policía a recoger el paquete. De ahora en adelante, desconfía de cualquier desconocido y ten mucho cuidado en cada llamado. Fracasaron en el Estadio Honglin, ¡pero seguro que encontrarán la forma de recuperarlo en otro sitio!

••••••••••••••••••••••••••••••

¡Nos vemos en el siguiente!


Comentarios

  1. GRACIAS, ESE BESO MMMMMMMMMMMMM, Y AHORA MIS CACHORRITOS ESTAN EN PELIGROOOOOOO

    ResponderBorrar
  2. Woww se me hizo tan corto el capitulo, pero vamos avanzando.. al peligro también

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares